
Ningún libro
referido a la historia de nuestro fútbol, estaría completo sin
contener un merecido reconocimiento al primer “periodista”, no titulado
profesionalmente, que ejerció esta labor contando, con enorme credibilidad,
cuanto acontecía en el fútbol local, en una época en la que, ni los
teléfonos móviles ni las tecnologías cibernéticas, estaban todavía siquiera en
nuestra imaginación, aunque siempre estuviera acompañado, eso sí, por su sempiterna
máquina de escribir con la que escribía todas sus crónicas, asi como por su inseparable
diario Marca.