
Rebelde
por naturaleza y batallador incansable, Braulio es pura puesta al servicio de
los más humildes, de su familia y del C. D. San Nicolás, al que ama con pasión
y del que, tras veintiocho años de abnegada y sacrificada dedicación, se
desvinculó el 30 de junio de 2010, dejación de funciones que sólo ha durado
hasta septiembre de 2012 pues su marcha definitiva sólo tendrá lugar el día en
el que este bondadoso cascarrabias, que lleva el fútbol metido en sus venas,
vea como sus fuerzas le abandonan y deje ya de trabajar por un fútbol que le
estará siempre eternamente agradecido.