
El 2 de mayo de 1971 fue un momento clave en la
vida deportiva de Pedro Baticón (el hombre que más me ha conmovido de todos
cuántos he entrevistado), porque “tras reunirnos en el bar Madrid, constituimos un nuevo club que iba a denominarse
Colón pero que, finalmente, se
llamó Club Nacional de Fútbol,
después de que un uruguayo que trabajaba en el ayuntamiento de Valladolid,
escuchase nuestra conversación y se enterara de las dificultades económicas por las
que atravesábamos, prometiendo, tras arrancar este compromiso de Luis Marne,
(actual director del Museo del Fútbol del estadio
Centenario de Montevideo), regalarles catorce camisetas (cuyo coste era de
42 pesetas la unidad) a cambio de que el nuevo club se llamase Nacional, en homenaje al tres veces
campeón uruguayo de la Copa
Intercontinental y de la Copa Libertadores.