
Trabajador
incansable y gestor experimentado, parecía saber y entender de todo, no ya sólo
de los entresijos del mundo del balón y de los avatares propios de una buena
gestión organizativa, sino que también hacía gala de una capacidad
extraordinaria para solventar cualquier incidencia, personal o federativa, que
se plantease en la Agrupación Deportiva
Victoria, único club al que dedicó todos sus esfuerzos desde 1976 hasta el
año 2006.