Pío Gómez y sus
compañeros, fueron pioneros al fijar las bases de la conocida como “Liga
Provincial” entre los pueblos, de manera que la afición al fútbol en
Fuensaldaña, nacida gracias al balón que unos emigrantes en Francia se habían
traído para el pueblo terminada la primera guerra mundial, despertó las ganas
de competir de otras pequeñas poblaciones antes de que la Federación crease una
competición organizada para ellos, al tiempo que fueron muchas las crónicas
deportivas enviadas por Pío a los diarios Regional,
Libertad y al Norte de Castilla.